El encargado de las actividades juveniles, como el Congreso Eucarístico y Mariano y también del Centro de Promoción Vocacional de la Arquidiócesis limeña, P. Miguel Ángel Vassallo Pulido concedió una entrevista al diario capitalino ''La República'' para su semanario ''Domingo'' donde describe las condiciones ideales que debería reunir un sacerdote. habla sobre el celibato y de los jóvenes que sienten el llamado de Dios.
Aquí les facilitamos la entrevista publicada el domingo 18 de abril de 2010 en la edición 10335. Páginas 10 y 11 de ''Domingo'' con autoría de Ghiovani Hinojosa y las fotos de Eduardo Cavero en La República
El padre Miguel Ángel Vassallo es el nuevo encargado del Centro de Promoción Vocacional de la Arquidiócesis de Lima. Todo aquel que aspire a ser sacerdote en distritos como Chorrillos, Miraflores y San Miguel recibirá su orientación y consejo. Tiene 34 años, los últimos cinco consagrados a Dios, y parece distinguirse por su pragmatismo. En la siguiente entrevista describe las condiciones ideales que debería reunir un cura, defiende el celibato por razones prácticas y hace más de una revelación personal.
Por Ghiovani Hinojosa
Fotos Eduardo Cavero
En un joven cura fanático de los Beatles recae la difícil responsabilidad de perfilar las vocaciones de decenas de chicos que buscan vivir entre sotanas, cirios y misales. ¿Alguien quiere ser sacerdote hoy? El padre Miguel Ángel Vassallo, sin tono salomónico y con el verbo puntual, te ayuda a saber si tus pulsiones sexuales pueden ser dejadas de lado frente a tus ganas de servir al prójimo; en otras palabras, te da la buena pro celestial o te desengaña. Es un mediodía soleado y la Casa Nazareth, su hogar, huele a lejía y desinfectante. La limpieza escrupulosa de los centros religiosos parece guardar una extraña relación con la claridad de las ideas de sus moradores. Inmersos en ese ambiente de pulcritud e higiene, iniciamos este diálogo hablando de las tentaciones.
–¿Qué creencias tienen los adolescentes y jóvenes que llegan aquí sobre el sexo y el enamoramiento?
–Las de todo joven normal que está invadido por los medios de comunicación; en general la sociedad está hoy pansexualizada. Todos los días se ven rompimientos de romances, escándalos de estrellas hollywoodenses y casos muy publicitados de curas pederastas.
–Se piensa que algunos chicos eligen el camino del clero como un mecanismo de defensa frente a sus propios conflictos sexuales, por ejemplo que no se sienten atraídos por las mujeres y se refugian en la religión para evitar el rechazo familiar y social.
–No generalicemos. De los 50 chicos que he recibido en el último mes y medio, 48 muestran una alta calidad humana, y en ningún momento ha asomado en ellos la homosexualidad. Es como con la pederastia clerical: se exacerba cuando unos sacerdotes, entre los millones de curas católicos que somos, caen en esto.
–¿La Iglesia Católica evalúa psicológicamente a los aspirantes a cura?
–Todos pasamos por una evaluación psicológica profesional. Es un factor importante pero no siempre determinante en nuestro ingreso al seminario.
–Se lo pregunto porque de ese modo se puede detectar a tiempo a adolescentes con problemas sexuales, como abusos e indefiniciones, que luego pueden devenir en pederastas.
–Pero es como en cualquier lugar del trabajo donde más adelante salen patologías que no han sido advertidas inicialmente en un examen psicológico, por más cuidadoso que este sea. Cada persona es un misterio.
El cura ideal
–La adolescencia y la juventud son periodos de inestabilidad, confusión y apresuramiento. ¿Cómo usted confirma que un chico tiene realmente vocación sacerdotal?
–Porque converso con él por varios meses. Tampoco es que el grueso de candidatos al sacerdocio sean adolescentes, la mayoría son universitarios de 18 años. Hay ciertos signos de vocación clerical: por ejemplo, castidad, generosidad y liderazgo (cómo le voy a encargar una parroquia a alguien que es tímido y tiene mucho temor a hablar). Nosotros ayudamos a los interesados a discernir y determinar si verdaderamente van a poder asumir exigencias como el celibato.
–¿Qué características ideales debería reunir un cura?
–Espíritu de servicio –analizamos, por ejemplo, cómo reaccionan los jóvenes frente a los niños autistas del hogar de la Madre Teresa de Calcuta–, estabilidad emocional, orden sexual y buena capacidad intelectual.
Que aguante quien pueda
–¿Qué sustento bíblico tiene el celibato?
–En el libro de Corintios, San Pablo dice: “Yo soy célibe y recomiendo serlo, porque el célibe se ocupa de agradar y estar totalmente ocupado en las cosas de Dios”. También en el capítulo 19 del Evangelio de San Mateo, se recuerda que algunos hombres se hacen célibes por el reino de Dios, y que solo los que tienen ese don lo entienden. Por otro lado, el celibato es una exigencia estrictamente práctica. Imagínate que yo estuviera casado y que tuviera un bebé que un día se despierta reventando de fiebre a las tres de la mañana; y que a esa misma hora viene a buscarme una persona porque su madre está muriendo, y desea que la prepare para entrar al cielo. Estaría en una disyuntiva. ¿Qué decisión tomarías? Yo atendería a mi hijo, fruto de mis entrañas. Un hombre casado está dividido porque tiene responsabilidad con el trabajo, con los hijos y con la esposa. Y eso es maravilloso. Pero un sacerdote necesita independencia y disponibilidad, debe estar cien por ciento entregado a Dios. Esto también es una gran alegría: yo he visto gente moribunda en el momento oportuno, minutos antes de fallecer. Si tuviera esposa e hijos, no hubiera llegado nunca a cerrarles los ojos.
–Algunos sacerdotes, como el candidato presidencial Marco Arana, aseguran que el celibato es un estado contranatura, toda vez que el ser humano es un ser biológico, espiritual y sexual a la vez.
–Respeto todas las opiniones, pero yo le creo más a Dios. Doy mi testimonio: cuando toqué las puertas del seminario en 1996 fue porque intuía que podía vivir totalmente entregado a él. Si yo me hubiera dado cuenta de que no podía llevar adelante esta vida, me hubiera retirado con toda seguridad. Créeme, hay hombres que son felices con Dios.
–Le fue fácil la castidad.
–Sí, porque cuando eres sincero y abres tu corazón, ya no piensas ‘ay, ¿qué pasará de aquí a cinco años o qué hay si una chica viene a buscarme?’, sino ‘estoy tan ocupado en las cosas de Dios –confesando y orando– que no tengo tiempo para pensar en mí mismo’. Te aseguro que, si estás al servicio de los demás, vives sin ninguna complicación sexual.
–Pero los sacerdotes no son seres asexuales.
–Claro, pero la sexualidad va en nosotros a un nivel sobrenatural. En tanto uno se mantiene en intimidad con Dios, él otorga el don del celibato. Soy totalmente hombre y totalmente padre, pero no tengo exclusividad con nadie.
–¿Nunca ha tenido relaciones sexuales?
–No. Sí, tres enamoradas oficiales y siete extraoficiales. Y con ellas tuve algo muy bonito. Pero yo tenía las cosas claras: no iba a entregarle mi intimidad a alguien de quien no estaba seguro que me acompañaría toda la vida. Dependió de lo que Dios quiso para mí.
–¿Y cómo sabe lo que él quiso para usted?
–Me fui dando cuenta de que me hacía más feliz entregarme completamente a la gente sin ninguna atadura afectiva.
–Pero esa es una inclinación personal, no tiene que ver necesariamente con la voluntad de Dios.
–Dios deposita en ti esa inquietud. Por ejemplo, una vez mi ex enamorada quedó conmigo en verse un sábado de fiesta infaltable, y luego vino un amigo desesperado porque necesitaba a alguien que dicte una charla en un retiro ese fin de semana. Dentro de mí sentí un resorte impresionante por querer comunicar a Dios, y entre hacerlo y bailar con mi enamorada en una fiesta, me incliné por lo primero. Si llega a mis manos un chico que está muy cargado en la parte sexual y tiene problemas para actuar como si ya estuviera consagrado, le diría: ‘Tú mismo date cuenta de que esto no es lo tuyo, sé santo siendo un buen padre de familia y un esposo fiel’.
El Blog de Topo ha copiado debidamente el artículo sin editar ninguna parte de la entrevista.
http://www.larepublica.pe/archive/all/domingo/20100418/10/pagina/1558
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