La semana santa, pues debe ser santa. La mía creo que lo es. Pensaba irme de viaje, cosa que desde mi punto de vista no tiene nada malo, pues me puedo ir a un pueblo que tenga una parroquia y asistir a las misas de guardar. Por ejemplo en Lunahuaná existe un hermoso templo que se llama ''Santiago Apostol'' y ahi se va a realizar las celebraciones propias del Triduo pascual a las cuales iría. Entonces no hay nada de malo en eso, al menos eso creo.
Esto me entuasismó: iba a estar cerca a Dios y a la vez relajado, desestresado y montando un caballo o descansando en la orilla de un río, que es el Cañete si mal no recuerdo.
Sin embargo mi idea fue eliminada por el consejo directivo de mi casa: en otras palabras abortaron el proyecto. Si bien es cierto para mi un Jueves Santo es refelxión, eso implica una caminata, quizá mirando el mar en la Costa Verde, lugar al que prefiero ir para pasar un buen rato. Pero, claro, soy acólito por lo tanto tengo que acolitar. Mi horario está algo ajustado, no me quejo, al contrario, que alegría de poder participar en todas las celebraciones de esta semana.
No tengo ningún plan establecido. Por la mañana supongo veré una pelicula y después de almuerzo una caminata por el circuito de playas, me voy volando a la Misa y regreso a mi casa después de un bonito día a ver ''La Vida Pública de Jesús'' en América, ni no me equivoco.
El viernes estaré mas tiempo en la iglesia, ojala pueda ver el Ángel #10 o esas películas que trae el 4 sobre Dios pero relacionado al mundo actual que son excelentes.
Supongo que por la mañana del domingo iré a Plaza Vea o Wong para comprar un huevo gigante de Kinder con su sorpresa enorme que me prometieron en casa.
Pero más que el chocolate o el paseo por Miraflores (ojala que pueda caminar, porque estoy bordeando los 70kg) es el mejor momento para reconciliarnos con el Señor, refelxionar, meditar, ayunar, poner en práctica nuestros valores y rezar. Me olvidaba, el jueves visitaré las 7 iglesias, me imagino que alguna no la conosco, habrá que conocerla.
Gracias por hoy.
La Columna del editor: Mi Semana Santa
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