Cualquiera que no haya leído esta columna pensará que nunca he ido a ninguna fiesta -lo cual no me hace más macho- y que soy un ‘pavo’.
Quiero compartir mis experiencias en mis primeras fiestas de quince años, dejando la vergüenza y contarles que hace 20 días no tenía ni la menos idea de como era una fiesta de una quinceañera.
Es más, el término ‘quino’ recién lo descubrí hace algunos años y bueno, tengo que reconocer que últimamente no estaba asistiendo a reuniones y fiestas porque no me invitaban –aunque tampoco tengo la certeza si es así porque de repente no hubo ninguna o hubieron pocas fiestas-
Creo que entre la última fiesta que fui al primer quinceañero solo lo separa un par de ‘reus’. En síntesis podía decir que la anterior fiesta a la que fui antes del quino fue una fiesta infantil con payasos y animadora.
Gracias a Dios estos 2 primeros quinceañeros a los que he ido han sido divertidos y congruentes con mi moral y mi ética. Coincidentemente antes de cada fiesta, he acolitado.
La primera fiesta fue el viernes 29 de octubre. Estaba nervioso pues no tenía ni idea de como era un quino. Tenía a penas poco tiempo para alistarme.
Me había comprometido a acolitar ese día a las 7 de la noche y pues cumplí. Tenía pactado con mi amiga María Paula ir con ella, Sebastián ‘Woody’, Panchito y Esteban (que tenía una vestimenta parecida a la de Jaime Bayly).
Quedamos en una hora y creo que llegué como media hora después de lo acordado. Con esta fiesta debutaba mi terno, debutaba mi asistencia a quinos, debutaba en degustar un cóctel, debutaba en llegar tarde a mi casa (después de la fiesta de promo de primaria). Llevé un obsequio pero tenía roche mostrarlo, así que lo escondí en mi saco y le pedí a Esteban que lo coloque en la canasta.
La fiesta era de Ana Valeria en San Felipe Convenciones, esa hermosa casa gigante ubicada en Jesús María, casi al frente de Frecuencia Latina.
Ya con un poquito más de experiencia y acostumbrándome a las fiestas sabatinas (aunque la anterior fue viernes) asistí a la celebración de los 15’s de Diana Limaco en el Club Huancayo que queda a poquísimas cuadras de mi casa.
He podido haber ido caminando, pero por razones obvias (puente Quiñones) fui en el auto del papá de Karlofranco Falcón (apellido reconocido en el mundo de las guitarras) junto con Roberto Muñoz con quien padecí la demora de Falcón.
Llegamos tarde, como a las 10:20pm (la invitación curiosamente decía a las 7:30pm)
Todo iba normal, algunos bailes, fotos, conversando y de repente perdí mi saco. ¡Coño!, dije dentro de mí (no podía expulsar esa palabra, pues por mi estado de preocupación no era capaz de graduar la fuerza de voz)
Mi papá me había advertido que no me saque el saco (lo cual es algo inusual porque como voy a bailar con el saco puesto y sin desajustarme la corbata que presionaba el poco cuello que me queda).
Más de veinte minutos tuve que buscar el saco viendo la marca, el modelo, la talla y la barra de Halls que llevaba en el bolsillo izquierdo. Después a disfrutar de la hora loca y la fiesta. Me fui a las 2:30am creo, algunos se quedaron hasta más tarde.
Dentro de 12 días (el sábado 27) tengo otra celebración de quince años. Es el de mi amiga Tami Choque y será en el elegante buffet Mandarín ubicado cerca al Plaza Vea de Aviación. Según mis fuentes habrá comida china, japonesa y peruana.
A ver si sigo coleccionando los gorros y collares de la hora loca.
1 comentarios:
Divertida tu crónica. Lo cual demuestra que para divertirse no hay necesidad de ir contra la moral de la persona (aunque te confieso que, cuando un Acólito de mi parroquia me pregunta "¿Cuándo vas a la iglesia de San Pedro para confesarte?", lo que les respondo es "¿cuándo fue el quino?")
También te confieso que, en mis años mozos, solo he ido a dos quinos y no había la famosa "hora loca" (de cuya existencia solo supe por el comentario de un acólito). Y no porque no me inviten o porque lo vea como algo malo, sino porque no me llamaba la atención.
Ahora, para que no pienses que he sido un "pavo", te comento que los tonos los en los que si me he divertido y he llegado tarde a casa, han sido en los tiempos de universitario.
Saludos.
Publicar un comentario